Para terminar con las entradas sobre los temas de los Premios Ciencia con Paciencia, hoy toca hablar de la medicina alternativa o complementaria.
Aunque existen diversas definiciones de lo que son, por regla general se refieren a los mismos tipos de tratamientos. Además el término "alternativa" puede ser muy confuso, puesto que no es una verdadera alternativa a la medicina convencional, es decir, estas terapidas no deben ,en ningún, caso sustituir a las terapias convencionales, sobre todo en enfermedades graves. Así que el término complementaria parece más correcto.
Aún así, existen diferencias importantes entre los distintos tipos de medicina alternativa. Entre ellas hay terapias que cuentan con un gran respaldo de la comunidad científica como la musicoterapia o risoterapia que son terapias de tipo psicológico, ayudan a superar traumas relacionados o no con las enfermedades pero en ningún caso sustituyen a la medicación asociada.
Otras terapias como la acupuntura y la osteopatía son consideradas útiles por la comunidad científica y su uso está, al menos en España, reglado, es decir, sólo pueden utilizarlas titulados superiores. Eso sí, respecto a la acupuntura, aunque puede ser útil en muchos casos, es necesario saber que su filosofía es acientífica por completo, al menos tan acientífica como cuando Aristóteles sugería que una piedra diez veces más pesada que otra, caería diez veces más rápido. Los chackras, flujos de energía... relacionados con la filosofía de la acupuntura, son sólo buenas excusas para realizar animes de peleas, pero no existen. Lo que sí existen son puntos donde al clavar la aguja de forma correcta no se produce sangrado ni dolor, sin embargo el cuerpo reacciona como si así fuese, liberando endorfinas (una "droga" natural con propiedades similares a los opiáceos) que mitigan el dolor y hacen sentir bien, además la dosis que el cuerpo produce es la correcta en cada caso y es un producto propio de forma que no presenta efectos secundarios. Por otro lado la osteopatía es una técnica holística, es decir, que interpreta todos los elementos de un sistema se comportan como uno, en este caso todo el cuerpo se comportaría como uno, ésto, que puede ser cierto en algunas ocasiones (sobre todo en temas relacionados con el aparato locomotor, como dolores de cuello piernas... que pueden manifestarse en un punto pero su origen ser otro) puede en otros casos, no ser así, un ejemplo sencillo sería la apendicitis, donde el problema es sólo ese y se manifiesta exactamente ahí. De todas formas, como ya he dicho, no debería haber problema con estas técnicas puesto que en España están regladas y sólo las practican verdaderos profesionales de la sanidad (médicos, enfermeros, fisiotereapeutas...).
Finalmente existen una serie de tratamientos complementarios que son considerados técnicas paramédicas y pseudocientíficas. El ejemplo más importante y extendido de éstas es la Homeopatía, basada en que cualquier síntoma puede ser curado con una sustancia que lo produzca, para ello se diluye hasta que apenas existe ningún indicio de ella, de hecho, dicen que cuanto más diluido esté, más potente es el método. Si creéis en la homeopatía no os quejéis cuando os echen poco ron en un combinado. Según ellos el agua tiene memoria y se acuerda de lo que ha tenido diluido (realmente me da un poco de asco pensar que cada vez que bebo, esa agua se acuerda de que ya esuvo en otra vejiga, o como dijo Mike en un comentario, lo mismo se acuerda de la lista de los reyes godos) . Lo bueno de este tratamiento es que es totalmente inocuo, debido a que no presenta cantidad alguna de nada, y por lo tanto no produce efecto secundario. Otras medicinas complementarias pueden llegar a ser hasta cómicas: la litoterapia, que afirma que ciertos minerales pueden reestructurar el organismo; las técnicas con imanes (no confundir con magnetoterapia, que es parte de la medicina convencional) que consite en ponerte imanes por el cuerpo para curarte o potenciar tus habilidades; el reiki que es una filosofía, no una técnica médica, y por lo tanto puede tener el mismo valor ante una gripe que leer a Platón o a Schopenhauer; o los curanderos que llaman a la virgen y a los espíritus de los muertos en vietnam cual chamán africano. Más te vale no ir allí si tienes Legionelosis, mejor vas al médico y que te mande unos antibióticos.
De todas estas pseudoterapias no existen verdaderos estudios científicos que muestren su utilidad y como máximo el resultado va a ser el efecto placebo. Hay que tener en cuenta que el efecto placebo es un efecto muy poderoso y capaz de ayudar a tratar muchas enfermedades, al igual que el optimismo, etc. La psique en realidad es pura química, y las buenas sensaciones hacen que combatamos mejor las enfermedades. Pero no hay que olvidar que un placebo, por sí solo no pueden hacer nada frente a dolencias graves. Mi consejo, desde un punto de vista no médico, pero sí científico, es que sólo acudáis a las terapias que os recomiende un verdadero médico, un científico de la salud y por supuesto que dudéis siempre de cualquier terapia que no aplique un profesional superior de la salud (ya sea médico, fisioterapeuta, enfermero...) y por supuesto que no confiéis nunca en las medicinas complementarias que la comunidad científica no ha avalado, las del último grupo.
Aún así, existen diferencias importantes entre los distintos tipos de medicina alternativa. Entre ellas hay terapias que cuentan con un gran respaldo de la comunidad científica como la musicoterapia o risoterapia que son terapias de tipo psicológico, ayudan a superar traumas relacionados o no con las enfermedades pero en ningún caso sustituyen a la medicación asociada.
Otras terapias como la acupuntura y la osteopatía son consideradas útiles por la comunidad científica y su uso está, al menos en España, reglado, es decir, sólo pueden utilizarlas titulados superiores. Eso sí, respecto a la acupuntura, aunque puede ser útil en muchos casos, es necesario saber que su filosofía es acientífica por completo, al menos tan acientífica como cuando Aristóteles sugería que una piedra diez veces más pesada que otra, caería diez veces más rápido. Los chackras, flujos de energía... relacionados con la filosofía de la acupuntura, son sólo buenas excusas para realizar animes de peleas, pero no existen. Lo que sí existen son puntos donde al clavar la aguja de forma correcta no se produce sangrado ni dolor, sin embargo el cuerpo reacciona como si así fuese, liberando endorfinas (una "droga" natural con propiedades similares a los opiáceos) que mitigan el dolor y hacen sentir bien, además la dosis que el cuerpo produce es la correcta en cada caso y es un producto propio de forma que no presenta efectos secundarios. Por otro lado la osteopatía es una técnica holística, es decir, que interpreta todos los elementos de un sistema se comportan como uno, en este caso todo el cuerpo se comportaría como uno, ésto, que puede ser cierto en algunas ocasiones (sobre todo en temas relacionados con el aparato locomotor, como dolores de cuello piernas... que pueden manifestarse en un punto pero su origen ser otro) puede en otros casos, no ser así, un ejemplo sencillo sería la apendicitis, donde el problema es sólo ese y se manifiesta exactamente ahí. De todas formas, como ya he dicho, no debería haber problema con estas técnicas puesto que en España están regladas y sólo las practican verdaderos profesionales de la sanidad (médicos, enfermeros, fisiotereapeutas...).
Finalmente existen una serie de tratamientos complementarios que son considerados técnicas paramédicas y pseudocientíficas. El ejemplo más importante y extendido de éstas es la Homeopatía, basada en que cualquier síntoma puede ser curado con una sustancia que lo produzca, para ello se diluye hasta que apenas existe ningún indicio de ella, de hecho, dicen que cuanto más diluido esté, más potente es el método. Si creéis en la homeopatía no os quejéis cuando os echen poco ron en un combinado. Según ellos el agua tiene memoria y se acuerda de lo que ha tenido diluido (realmente me da un poco de asco pensar que cada vez que bebo, esa agua se acuerda de que ya esuvo en otra vejiga, o como dijo Mike en un comentario, lo mismo se acuerda de la lista de los reyes godos) . Lo bueno de este tratamiento es que es totalmente inocuo, debido a que no presenta cantidad alguna de nada, y por lo tanto no produce efecto secundario. Otras medicinas complementarias pueden llegar a ser hasta cómicas: la litoterapia, que afirma que ciertos minerales pueden reestructurar el organismo; las técnicas con imanes (no confundir con magnetoterapia, que es parte de la medicina convencional) que consite en ponerte imanes por el cuerpo para curarte o potenciar tus habilidades; el reiki que es una filosofía, no una técnica médica, y por lo tanto puede tener el mismo valor ante una gripe que leer a Platón o a Schopenhauer; o los curanderos que llaman a la virgen y a los espíritus de los muertos en vietnam cual chamán africano. Más te vale no ir allí si tienes Legionelosis, mejor vas al médico y que te mande unos antibióticos.
De todas estas pseudoterapias no existen verdaderos estudios científicos que muestren su utilidad y como máximo el resultado va a ser el efecto placebo. Hay que tener en cuenta que el efecto placebo es un efecto muy poderoso y capaz de ayudar a tratar muchas enfermedades, al igual que el optimismo, etc. La psique en realidad es pura química, y las buenas sensaciones hacen que combatamos mejor las enfermedades. Pero no hay que olvidar que un placebo, por sí solo no pueden hacer nada frente a dolencias graves. Mi consejo, desde un punto de vista no médico, pero sí científico, es que sólo acudáis a las terapias que os recomiende un verdadero médico, un científico de la salud y por supuesto que dudéis siempre de cualquier terapia que no aplique un profesional superior de la salud (ya sea médico, fisioterapeuta, enfermero...) y por supuesto que no confiéis nunca en las medicinas complementarias que la comunidad científica no ha avalado, las del último grupo.
HOYGAN NO SE METAN CON LAS SEINSIAS LAS TERAPIAS SON VUENAS KE DIOS LES HAMPARE.
ResponderEliminar(Te ha faltado la copeterapia, que es la que utilizan los fachas para ponerse a tono cada día).