Cómo funciona la Tierra I. Composición y estructura del interior de la tierra.

La Tierra consta esencialmente de tres capas diferenciadas por sus propiedades químicas: núcleo, manto y corteza. El núcleo tiene un radio medio de 3.474 km y está dividido esencialmente en dos capas gruesas: el núcleo interno, sólido que tiene un radio de unos 1.237 km, y el núcleo externo, líquido, que consta de un espesor de 2.237 km. El manto ( tiene un espesor de entre 2.861 y 2.891 km aproximadamente, según se trate de manto subcontinental o suboceánico. Es sólido todo él aunque hay una capa, conocida como "canal de baja velocidad", en la cual las rocas se comportan más como la plastilina caliente. Finalmente, la corteza que es la capa más superior es también sólida y tiene un espesor de entre 35 en los continentes y 5 km en los océanos de media, aunque puede alacanzar en los continentes a 60 km y en los océanos puede ser más estrecha de 2 km.

La Wikipedia me vuelve a sacar de un apuro. En este caso con una buena simplificación de la división de La Tierra en función de sus propiedades químicas.

La Tierra, también se puede dividir en capas reológicas, o lo que es lo mismo, basadas en sus propiedades físicas. Esta división consta de las capas externas fluidas, atmósfera e hidrosfera; por debajo de ellas se encuentra la geosfera, que se subdivide en litosfera, astenosfera, mesosfera y endosfera. La litosfera, (lito-piedra, sfera-esfera así que signifíca "bola de piedra"), incluye todas las rocas "duras y frías", justo la "cáscara" de la tierra, incluye la corteza y la parte más superior del manto y llega a una profundidad de entre 60 y 200 km en función de si es bajo los continentes o bajo el océano. Debajo de ella se encuentra la astenosfera (que literalmente significa esfera débil). El límite superior de la astenosfera coincide con el inferior de la litosfera y su límite inferior se sitúa hacia unos 700 km. La mesosfera o esfera media ocupa el resto del manto y la endosfera coincide con el núcleo.

Y ahora con la división según las propiedades físicas.

La composición química de la corteza es la única que es sencilla de conocer, se pueden obtener rocas en el campo y estudiarlas. Además lo que en su día fue parte de la corteza media o incluso inferior aflora en muchos lugares, con lo cual se pueden tomar muestras de estas partes de la corteza y conocer en gran parte cómo es la tierra a cierta profundidad. También existen sondeos profundos (agujeros de los que se extrae roca para estudiarla) aunque el más profundo, en la pienínsula de Kola, Rusia, tan solo llega a los 13km de profundidad. Mucho más complicado es estudiar directamente la composición química del manto, tan sólo algunos fragmentos que son arrastrados por el magma y que quedan incluídos en rocas volcánicas o plutónicas (como los granitos) son los testigos de cómo es el manto, y siempre que no haya sido alterado en su camino a la superficie.

En realidad la mayor parte de los conocimientos que tenemos sobre la estructura del interior de la Tierra y las propiedades físicas y químicas de las diferentes capas que la constituyen provienen de la geofísica y, muy especialmente, de los datos suministrados por las ondas sísmicas. Estas ondas se producen de forma natural por liberación de energía elástica almacenada: las rocas que tienen un comportamiento frágil admiten una deformación elástica de determinada magnitud, superada la cual se fracturan o deslizan por fracturas ya existentes. En ese momento, la energía elástica es liberada instantáneamente provocando las ondas sísmicas. El punto donde se produce la liberación se denomina hipocentro o foco del terremoto (o seísmo o sismo) y el punto de la supericie terrestre que está en la vertical del foco se denomina epicentro (para más información link). Las ondas sísmicas pueden también producirse artificialmente, en general por medio de explosiones.